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Espero que os gusten estas historias cortas; y algún que otro poema, si es que se me ocurre subir alguno.
Remember your colour

jueves, 12 de mayo de 2016

El lagarto de Sierra Mágina.


Color amarillo.


   Después de que en Japón se diera a conocer la noticia de que el país iba a ser aislado y de que se iba a eliminar la clase social conocida como los samuráis, gran parte de este grupo, decidió dejar su querida Tierra del Sol Naciente y partir junto con los extranjeros, la mayoría de estos españoles y portugueses, que huían por miedo a perder sus vidas. Para mi fortuna, un hombre de España, con el que hablaba todos los días y del que no puedo decir su nombre, me ofreció llevarme a su tierra y darme cobijo allí, gesto que aún a día de hoy le agradezco desde el fondo de mi alma.

   Preparamos todas nuestras pertenencias importantes y cargamos con estas las embarcaciones que usaríamos para llegar a nuestro destino. Durante el viaje, el señor me habló sobre su tierra y lo mucho que le gustaba ver la belleza de las calles de su aldea. Me sentía muy emocionado por conocer una tierra diferente a la mía, una pequeña villa encarcelada por una sierra cubierta de marrón y verde según lo que él me había contado. Llegamos a una costa en la que mi segundo padre me dio una extraña túnica cosida a un pedazo de tela de igual color que ocultaba mi rostro, con una sombra suficiente como para cubrir mis rasgos extranjeros y no ser descubierto por nadie, posiblemente como tendría que haber vestido obligatoriamente en mi país. Tras esto retomamos a pie nuestro viaje hacia esa villa de la que tanto me habían hablado, un verdadero infierno cerca de las tres semanas de duración, hasta que por fin llegamos a nuestro destino: La Villa de Huelma. Tal y como me habían dicho las marrones y verdes montañas que rodeaban el territorio parecían mantenerlo encerrado en un pequeño espacio, que a mis ojos era una gran zona por explorar y con miles de cosas que aprender.

   La mañana posterior a nuestra llegada el hombre estuvo enseñándome las principales reglas de su idioma, ya que lo poco que sabía de español era el que había usado para poder entenderme con el hombre al que le debo la vida, al principio me resultó algo complicado y aburrido de aprender, pero al pensar que de eso dependería mi futuro en este país no me quedó más remedio que esforzarme por aprender rápidamente el idioma, su forma de escribir y varias de las raras tradiciones que esa villa tenía desde hace tiempo, hazaña increíble para mí, ya que en algo más de cuatro meses pude dominar bastante bien el lenguaje. Pero para su desgracia o suerte el hombre también me contó una terrible anécdota, que en algunos aspectos guardaba cierto parecido a una leyenda muy conocida en mi país, si mal no recuerdo la historia del hombre era algo así: “Antes de que fuera a Japón un día de tormenta, en una de las montañas que rodea esta villa cayó un relámpago con tanta energía que el pico de la montaña cobró vida, como la forma de este se asemejaba a la de un lagarto,el conjunto de piedras y tierra adoptaron la figura de ese temible reptil. Todo el mundo vio como el pico de la montaña cobraba una forma más realista y se levantaba de la zona en la que antes había un monte. Bajó hasta la villa y se quedó un rato mirando todas las casas para después mover su mano y demoler varias casa. Tras esto volvió a la montaña o a lo poco que quedaba de ella, esto se repetía cada mes en todas las villas de las cercanías todos los aldeanos de la comarca de Sierra Mágina estaban muy preocupados por lo que les pudiera pasar, no querían dejar su tierra e irse a otras, pero las riquezas de esa zona estaban disminuyendo ya que tenían que reconstruir y volver a sembrar todo lo que el gran reptil masacraba de sus terrenos. Este problema solo lo sabían los habitantes de esa comarca pues la mayoría de los caminos hacia el resto del país habían sido cortados por el monstruo, los únicos que quedaron libres fueron los que estaban más ocultos o eran más estrechos, por este motivo pedir ayuda a gente de los alrededores de la comarca era un acto impensable. Pasados algunos meses el gran lagarto solo le permitía salir a los mercaderes de la zona, cosa que estaba empezando a eliminar la temida posibilidad de huir a otros lugares...

   La historia que estaba contado el hombre fue interrumpida por unos ruidos muy fuertes de pisadas y golpes de piedras cayendo contra el suelo. Los dos nos miramos con cara de preocupación, ya nos imaginábamos que era lo que provocaba ese estruendo, como era de noche mi padre adoptivo me dejó salir, con la extraña túnica puesta, a ver que estaba pasando fuera.

   Por desgracia, nuestros malos presentimientos eran ciertos, era el reptil gigante que estaba derrumbando varias casas, que por suerte no estaban muy cerca de la nuestra, solo pude diferenciar sus brazos y cuerpo de la sombra, su altura era la de un monte, quizás por eso sus movimientos eran muy lentos y tardó tanto tiempo en darse la vuelta para dar así por finalizado su ataque. Toda la villa se acercó para ver como estaban los habitantes de esa zona, afortunadamente nadie salió herido de gravedad, y con pocos tratamientos pudimos sanarlos a todos; pero ver a todas esas personas tristes me hizo recordar el motivo de que los samuráis, antigua clase social a la que pertenecía y a la que seguiré perteneciendo hasta mi muerte, existan: guerreros que luchan guiados por las decisiones que ellos creen correctas para poder obtener, con su coraje y fuerza, la justicia que no todo el mundo es capaz de pedir por su propia mano. Gracias a este recuerdo tomé la decisión de exterminar al lagarto para que no destruyera estas tierras, que hace poco se habíanconvertido en mi nuevo hogar.

  A la mañana siguiente de que el monstruo atacara la villa le conté al hombre mi alocada idea, según él, de matar a ese lagarto; al principio decía que estaba loco si pensaba que podía ganar a ese gran reptil, pero tras estar insistiéndole algo más de una semana en que podría derrocarle con el entrenamiento que recibí en mi país, conseguí que me diera su aprobación para poder ir por la noche, armado con mi espada, a la montaña en la que el conjunto de tierra y piedras vivientes vigilaba toda la comarca para así poder matarlo y que todos los habitantes de la puedan volver a vivir en esos días tranquilos en los que nada les impedía salir de su tierra y vivían seguros.

   La noche cayó rápidamente, cogí mi catana y la túnica que uso para cubrirme el rostro, salí de casa , él ya me dijo el lugar en el que el monstruo descansaba por las noches así que no me fue difícil encontrarlo. Intentando hacer el menor ruido posible llegué a la montaña en la que estaba dormido, con el mayor sigilo del mundo desenvainé mi espada y le hice un profundo corte en una de sus patas , que para mi sorpresa se la cortó completamente, el reptil se despertó y antes de que me volviera a atacar le corté el cuello con la misma facilidad que su extremidad, tras esto dejó de moverse, indicio suficiente para saber que lo había matado; toda la comarca escuchó el grito del lagarto mientras moría pero posiblemente por el miedo nadie salió de su casa, aun así yo volví rápido a la mía por si algún curioso se acercaba.

   A la mañana siguiente fui despertado por los gritos de alegría y emoción de las calles de la villa, parece ser que ya habían visto los huesos de lo que antes había aterrorizado tanto a la comarca de Sierra Mágina, nadie sabía quien había sido la valiente persona que mató a ese monstruo, lo que sí que sabía todo el mundo es que no volverían a ver nunca más a ese horrible lagarto que ahora volvía adornar el pico de una de las montañas que rodeaba la villa de Huelma. Yo por mi parte no tuve ninguna queja por que no me reconocieran el merito de mi hazaña, para mí el mayor premio que recibí fue poder vivir tranquilo con mi querido padre adoptivo y saber que gracias a mí las futuras generaciones no tendrán que vivir atormentadas por esa montaña que ahora es conocida como: “El lagarto de Sierra Mágina”.

  He decidido compartir esta historia con vosotros, aunque al comienzo no me gustó, poco a poco me gustó cada vez más el resultado así que aquí la tenéis, una historia sobre mi tierra, quizás con algún anacronismo que otro.

Nos leemos, MT6.