Bienvenida

Espero que os gusten estas historias cortas; y algún que otro poema, si es que se me ocurre subir alguno.
Remember your colour

jueves, 27 de octubre de 2016

TRACK 2: ミセナイナミダハ、きっといつか.



Color azul.

Canción que te hace llorar/te emociona: Misenai namida wa kitto itsuka. . .



''He estado gastando mis días soportándolo todo, apretando mis dientes para así evitar llorar, para ocultar todo el sufrimiento que me acorralaba en una solitaria esquina de este odioso mundo.



Con la mirada perdida, oteaba el paisaje que podía ver desde la ventana del hospital: una prolongación del edificio en el que me encontraba, el cielo teñido de color naranja y también me era posible ver las copas más altas de los árboles del pequeño patio que ese desesperante lugar tenía.



Esa era la única vista que quería ver, pensar que yo no estaba aquí, que ningún compañero de clase me había insultado todos las días del instituto, que ese ''accidente'' no me había arrebatado a mi querido padre.



El único movimiento que podía hacer sin que mi cuerpo me doliera tanto como el mismísimo infierno era sentarme en la cama, pero no podía levantarme de esta.



Lo más raro de toda mi vida es que solo he llorado una vez: mi primer día de vida; o al menos así había sido, hasta que te conocí a ti.



Un día tan monótono como siempre, aburrido, sin nada que hacer; es cierto que recibía alguna que otra visita, solo que de enfermeras que venían a revisar mi estado y el de mi compañero de habitación un chico de 19 años, mi misma edad.



—Disculpa ¿No está aquí Ethan?- Entró una chica rubia de pelo largo y un bonito vestido.




Preguntaba por mi compañero de habitación y su pelo era igual de rubio que el suyo.



—Si no me equivoco están haciéndole unas pruebas.



—Aaah, siento haberte molestado.- La chica me miró con cara de arrepentimiento.



—No te preocupes; además, seguro que no tardará en venir, puedes esperarlo aquí si quieres.



—Muchas gracias.- La chica entró y cerró la puerta. Observaba toda la habitación como si quisiera descubrir algún pasadizo secreto en ella.- Por cierto ¿Cuándo has llegado al hospital? La semana pasada vine a visitarle y tú no estabas.



—Entré hace unos días.- Respondí serio.



—¿Y por qué tuvieron que ingresarte?



—Tuve un accidente de coche y algunos de mis músculos fueron dañados, los médicos dicen que es cuestión de tiempo que me recupere.



—Me alegro de que no sea nada grave para ti.- Sus finos labios se curvaron hacia arriba mostrándome una bonita sonrisa.



—Si bueno, tú lo has dicho: para mí no es nada grave.





—Aaah es cierto ¿Quién iba contigo en el coche?

—Mi padre.





—Pero él esta. . .



—¿Bien? No, los médicos me informaron de que murió.- Respondí con un tono igual de monótono que antes. El rostro de la chica pareció sorprenderse.



—¿Y no te entristece eso?



—Pues si, pero he soportado tantas cosas que ya estoy más que acostumbrado a aguantar mis lágrimas.



—Eso si que es triste, no poder llorar, no poder expresar la tristeza.



—Llorar es malo, solo muestra que eres débil y te hace quedar como una persona patética.



—Pero cuando una persona llora se desahoga y puede plantar cara a sus problemas con mucha más seguridad.



La puerta se abrió, dejando ver a la enfermera encargada de cuidarnos a Ethan y a mí.



—Víctor, recuerdas que el día que llegaste aquí te informamos sobre el accidente.- No, cualquier cosa menos más malas noticias, por favor, su tono de voz la delataba.



—Adelante ¿Qué nueva desgracia se suma a la lista?- Dije poniéndome ya en la peor situación.



—Tus piernas están empeorando y si continúan así no podrás volver a andar nunca.- La enfermera miró al suelo con un semblante triste.



—¿Y no hay ninguna forma de arreglarlo?- La chica rubia preguntó igual o quizás más preocupada que yo.



—Me temo que no.- La enfermera abandonó la sala volviendo a dejarnos solos.



Repentinamente estallé en lágrimas, no había decidido hacerlo pero debió de haberse visto patético. En ese momento, tú lloraste conmigo, unas lágrimas sinceras caían por tus mejillas. Las sequé, algo en mí odiaba verte triste.



Esas lágrimas escondidas llegaran a ser un arco iris que iluminará el mundo.- Esas palabras tuyas de consuelo se quedaron grabadas a fuego en mi memoria junto con la imagen de las pequeñas perlas que caían de tus ojos.''



—Parece que todavía recuerdas perfectamente el día que nos conocimos.- Sobre mi pecho desnudo descansaba la chica de ojos esmeraldas que tanta ayuda me brindó en aquellos momentos en los que tan mal me sentía.



—Y juro que nunca, incluso hasta después de mi último aliento, lo olvidaré. Tu fuiste, eres y serás la única persona que pueda brindarme una mínima esperanza, gracias a ti pude recuperarme de las secuelas de ese accidente y poder volver a sentir el suelo bajo mis pies. Te amo, te amo demasiado.- Acaricié su mejilla con una de mis manos, mientras que con la otra la abrazaba.



—Ooh Víctor.- Apoyándose en mi pecho, se acercó más a mis labios, hasta juntarlos por un tiempo que a mí me pareció muy corto.- Eres tan tierno.- Volvió a recostarse en mi torso.



Si estás sonriendo, puedo estar calmado, estoy seguro de que incluso puedo sonreír al recordar aquellos días en los que lloraba y lloraba.



No hay comentarios:

Publicar un comentario